sexta-feira, 20 de julho de 2007

Fontanarrosa, uma homenagem no Dia do Amigo

Como uma Homenagem ao "Negro", publico algumas partes de uma Entrevista feita por VICENTE MULEIRO no Jornal Clarin, de Bs.As.

Estoy nada menos que con Roberto Fontanarrosa. ¡Cuando se lo cuente a los muchachos! Hay un cuento suyo "Cuando se lo cuente a los muchachos" que habla de ese criterio: más que vivir las cosas lo importante es contarlas. Hay un chiste que dice que en este país hay eyaculación precoz porque los hombres consuman rápido para ir a contárselo a los amigos.
- —Hay otro cuento "Bahía desesperación", donde se pone en juego la ambición familiar de unas vacaciones distintas, típico del que está metido en una masa humana y quiere diferenciarse siquiera un poco, y se encuentra con una tremenda frustración.
- —Y que además son también exageraciones de situaciones que le han pasado a uno. O sea, eso de ir al mar argentino, que es tan inhóspito, tan áspero. Porque me acordaba, me reía de la última vez que fui a la playa, porque siempre te decían "y bueno, estuvo nublado", o llovió, o no llovió. Y nunca te hablan del viento. Y el viento te caga una vacación igual que la lluvia, o que el cielo nublado. Me acuerdo de días que no se podía bajar a la playa. El Atlántico argentino tiene un enorme atractivo, por la inmensidad y todo eso pero yo no me meto al agua ni en pedo, porque es helada. Pero además, el viento, que vos ves las banderas y parecen de lata. Ni aletean. Esas cosas a mí me causan gracia.
- —Veo que también te causa gracia la especialización crítica sobre Borges, según se desprende del cuento "El especialista o la verdad sobre "El Aleph"
- —La idea de "El Aleph" siempre me pareció maravillosa, por inexplicable, también, eso de que en un puntito así se dieran todas las cosas del universo al mismo tiempo. O sea, desde el punto de vista práctico es imposible. Y después, releyéndoló para escribir este libro, uno vuelve a decir: "¡Cómo escribía este hijo de puta, Dios mío!" Y era sencillo. Pero bueno, es lo que siempre se dice, ¿no?: la simplicidad es un punto de llegada, no un punto de partida.
- —Otra línea que reaparece es la del sueño y la realidad en "Nada más que un sueño"
- —Me apoyé en tantos y tantos relatos que a mí me decepcionaban muchísimo cuando leía una situación interesantísima que terminaba así: "Y de repente se despertó, había sido nada más que un sueño". Y yo digo: ¡Viejo, no me hagás entusiasmar para terminar así!. Entonces traté de darle otra vuelta, de desafiar ese facilismo.

Um comentário:

Anônimo disse...

Fontanarrosa y la enfermedad

"Estoy jugando con ocho pero la hinchada me banca - le dije el otro día a
Pedrito Marchetta - dos líneas de cuatro y a tirarla para arriba"