quinta-feira, 27 de novembro de 2008

Vinho, curiosidades

París, año 1925:
Un grupo de amigos (surrealistas) se reúnen en torno a una mesa.
La conversación no da más de sí de modo que uno de ellos propone un juego con "papelitos". Toma una cuartilla, escribe una palabra en uno de sus extremos, la dobla y la pasa al siguiente de la fila sin permitirle leer lo que ha dejado escrito, éste a su vecino de tertulia y así sucesivamente hasta completar la ronda.
La primera frase que salió fue "El cadáver - exquisito - beberá - el vino - nuevo"« Le cadavre - exquis - boira - le vin - nouveau »

Si nos fiamos de Breton, el episodio ocurrió en 1925 en una casa de la Rue du Château, donde el historiador Marcel Duhamel alojaba a sus amigos surrealistas Yves Tanguy y Jacques Prévert.

Fue de esta manera como surgió el nombre de la técnica de creación colectiva surrealista: “Cadáver exquisito” ó cadavre exquis en francés.
La misma se basa en un viejo juego de mesa llamado "consecuencias" en el cual los jugadores escribían por turno en una hoja de papel, la doblaban para cubrir parte de la escritura, y después la pasaban al siguiente jugador para otra colaboración.

El cadáver exquisito se juega entre un grupo de personas que escriben o dibujan una composición en secuencia. Cada persona sólo puede ver el final de lo que escribió el jugador anterior. Se combinan cosas de una idea agregando elementos que pueden o no pertenecer a la realidad. Los teóricos y asiduos al juego (en un principio, Robert Desnos, Paul Eluard, André Bretón y Tristan Tzara) sostenían que la creación, en especial la poética, debe ser anónima y grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y en lo posible automática. De hecho, muchos de estos ejercicios se llevaron a cabo bajo la influencia de sustancias que inducían estados de semiinconsciencia o durante experiencias hipnóticas.

Nicolás Calas –vanguardista suizo- sostenía que un cadáver exquisito tiene la facultad de revelar la realidad inconsciente del grupo que lo ha creado, en concreto los aspectos no verbalizados de la angustia y el deseo de sus miembros, en relación con las dinámicas de posicionamiento afectivo dentro del mismo. Ernst observó que el juego funciona como un 'barómetro' de los contagios intelectuales dentro de un círculo de creadores.

Señala oportunamente el periodista y crítico literario Bernard Pívot: “[…] Un cadáver no es tan sólo un cuerpo que ha perdido la vida. También es una botella vacía. En este sentido, se emplea en general en plural: ‘Después del banquete, las mesas estaban atestadas de cadáveres’. Cadáveres, beber y vino son tres palabras que pertenecen al vocabulario de la enología. Pocos exegetas han señalado esta coincidencia….surrealista. 
Fonte: Augusto Pulenta, Argentina

Um comentário:

Ana disse...

Ah!! Encontré algo en castellano, y justo esto, dentro de mis gustos!!
Sabía lo que es un "cadáver exquisito" y la historia de Breton y los surrealistas, e incluso he jugado el juego, pero no conocía ciertos detalles. Ni siquiera que la primera frase aludía al vino (o no lo recordaba, al menos).
La comparación de las botellas vacías con cadáveres (en tanto ya no tienen el "elemento vital") me resultó también muy interesante. Justamente ayer, limpiando y ordenando la parte de la parrilla, en el patio, puse a la basura un montón de "cadáveres"...
Ha sido un gusto haberme enterado de estas curiosidades. De nos ser por la hora, apropiadas para leer acompañada de una copa de buen malbec.

Saludos cordiales